Atlético Paranaense. Ése es el próximo objetivo de River para ir transitando el camino hacia otra final de la Copa Libertadores, el máximo deseo para este año, que en realidad se extenderá hasta fines de enero, cuando se dispute la final en el Maracaná. El cuadro de la Copa quedó armado luego del sorteo de esta mañana y el equipo de Gallardo ya conoce cuáles pueden ser los siguientes rivales en caso de eliminar a los brasileños para seguir avanzando. Pero antes de mirar hacia más adelante, el primer desafío es superar al equipo brasileño donde juega un viejo conocido: Lucho González.

Para River se trata de un rival conocido, ya que lo enfrentó en mayo del año pasado cuando definieron la Recopa que ganó el equipo de Gallardo. Paranaense venía de ser campeón de la Sudamericana y El Más Grande había conseguido la Libertadores eterna después de la final de Madrid. Sin embargo, ese plantel del equipo de Curitiba sufrió muchas bajas y hasta cambió de entrenador, aunque sigue contando con un arma que lo diferencia del resto de los equipos del contienente: el césped de su estadio. El campo de juego del Arena da Baixada, donde se jugará el partido de ida el 24, 25 ó 26 de noviembre, es íntegramente sintético. Y a varios jugadores del plantel millonario les costó adaptarse cuando jugaron ahí.

Como contrapartida a esa situación ventajosa para Paranaense, está su momento actual. Si bien clasificó en su zona (sumó la misma cantidad de puntos que Jorge Wilstermann, pero tuvo peor diferencia de gol), en el Brasileirao está pasando un momento complicado. Con 16 partidos jugados y apenas 16 puntos, está anteúltimo en la tabla, en zona de descenso, aunque todavía resta más de la mitad del campeonato por disputarse. Hasta el momento sumó cuatro victorias, cuatro empates y ocho derrotas, con 12 goles a favor y 17 en contra. Esta realidad provocó el cambio de entrenador; Eduardo Barros asumió como técnico interino y ahora acaba de contratar a Paulo Autuori.

Los cambios en el plantel

De aquel plantel que ganó la Sudamericana 2018 y jugó la final de la Recopa del año pasado contra River Paranense es otra cosa. Primero se fue el técnico campeón, Thiago Nunes, para dirigir al Corinthians. Y luego llegó la sangría de figuras que no pudo reemplazar al mismo nivel: vendió a Rony (al Palmeiras), a Lodi (al Atlético Madrid), a Leo Pereira (al Flamengo) y a Bruno Guimaraes (al Lyon). Además, se fueron otros dos futbolistas que habían sido muy importantes como Marco Ruben (en su momento regresó a Central) y Felipe Pablo (ahora el 9 de San Pablo).

Con ese rival se encontrará el River de Gallardo, que tendrá la posibilidad de definir la serie como local, aunque no en el Monumental -donde levantó la Recopa- sino que seguirá jugando en la cancha de Independiente como también ocurrirá si avanza a los cuartos de final y a la semifinal de esta Libertadores que tendrá su partido decisivo en enero del 2021, en el Maracaná.